Julio 22 - Proverbios 28, 29, 30

Proverbios 28:1-28 SRV
1  HUYE el impío sin que nadie lo persiga: Mas el justo está confiado como un leoncillo.

2  Por la rebelión de la tierra sus príncipes son muchos: Mas por el hombre entendido y sabio permanecerá sin mutación.

3  El hombre pobre y robador de los pobres, Es lluvia de avenida y sin pan.

4  Los que dejan la ley, alaban á los impíos: Mas los que la guardan, contenderán con ellos.

5  Los hombres malos no entienden el juicio: Mas los que buscan á Jehová, entienden todas las cosas.

6  Mejor es el pobre que camina en su integridad, Que el de perversos caminos, y rico.

7  El que guarda la ley es hijo prudente: Mas el que es compañero de glotones, avergüenza á su padre.

8  El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés, Para que se dé á los pobres lo allega.

9  El que aparta su oído para no oir la ley, Su oración también es abominable.

10  El que hace errar á los rectos por el mal camino, Él caerá en su misma sima: Mas los perfectos heredarán el bien.

11  El hombre rico es sabio en su opinión: Mas el pobre entendido lo examinará.

12  Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; Mas cuando los impíos son levantados, es buscado el hombre.

13  El que encubre sus pecados, no prosperará: Mas el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia.

14  Bienaventurado el hombre que siempre está temeroso: Mas el que endurece su corazón, caerá en mal.

15  León rugiente y oso hambriento, Es el príncipe impío sobre el pueblo pobre.

16  El príncipe falto de entendimiento multiplicará los agravios: Mas el que aborrece la avaricia, prolongará sus días.

17  El hombre que hace violencia con sangre de persona, Huirá hasta el sepulcro, y nadie le detendrá.

18  El que en integridad camina, será salvo; Mas el de perversos caminos caerá en alguno.

19  El que labra su tierra, se hartará de pan: Mas el que sigue los ociosos, se hartará de pobreza.

20  El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones: Mas el que se apresura á enriquecer, no será sin culpa.

21  Tener acepción de personas, no es bueno: Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.

22  Apresúrase á ser rico el hombre de mal ojo; Y no conoce que le ha de venir pobreza.

23  El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia Que el que lisonjea con la lengua.

24  El que roba á su padre ó á su madre, y dice que no es maldad, Compañero es del hombre destruidor.

25  El altivo de ánimo suscita contiendas: Mas el que en Jehová confía, medrará.

26  El que confía en su corazón es necio; Mas el que camina en sabiduría, será salvo.

27  El que da al pobre, no tendrá pobreza: Mas el que aparta sus ojos, tendrá muchas maldiciones.

28  Cuando los impíos son levantados, esconderáse el hombre: Mas cuando perecen, los justos se multiplican.

Proverbios 29:1-27 SRV
1  EL hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado; ni habrá para él medicina.

2  Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra: Mas cuando domina el impío, el pueblo gime.

3  El hombre que ama la sabiduría, alegra á su padre: Mas el que mantiene rameras, perderá la hacienda.

4  El rey con el juicio afirma la tierra: Mas el hombre de presentes la destruirá.

5  El hombre que lisonjea á su prójimo, Red tiende delante de sus pasos.

6  En la prevaricación del hombre malo hay lazo: Mas el justo cantará y se alegrará.

7  Conoce el justo la causa de los pobres: Mas el impío no entiende sabiduría.

8  Los hombres escarnecedores enlazan la ciudad: Mas los sabios apartan la ira.

9  Si el hombre sabio contendiere con el necio, Que se enoje ó que se ría, no tendrá reposo.

10  Los hombres sanguinarios aborrecen al perfecto: Mas los rectos buscan su contentamiento.

11  El necio da suelta á todo su espíritu; Mas el sabio al fin le sosiega.

12  Del señor que escucha la palabra mentirosa, Todos sus ministros son impíos.

13  El pobre y el usurero se encontraron: Jehová alumbra los ojos de ambos.

14  El rey que juzga con verdad á los pobres, Su trono será firme para siempre.

15  La vara y la corrección dan sabiduría: Mas el muchacho consentido avergonzará á su madre.

16  Cuando los impíos son muchos, mucha es la prevaricación; Mas los justos verán la ruina de ellos.

17  Corrige á tu hijo, y te dará descanso, Y dará deleite á tu alma.

18  Sin profecía el pueblo será disipado: Mas el que guarda la ley, bienaventurado él.

19  El siervo no se corregirá con palabras: Porque entiende, mas no corresponde.

20  ¿Has visto hombre ligero en sus palabras? Más esperanza hay del necio que de él.

21  El que regala á su siervo desde su niñez, A la postre será su hijo:

22  El hombre iracundo levanta contiendas; Y el furioso muchas veces peca.

23  La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra.

24  El aparcero del ladrón aborrece su vida; Oirá maldiciones, y no lo denunciará.

25  El temor del hombre pondrá lazo: Mas el que confía en Jehová será levantado.

26  Muchos buscan el favor del príncipe: Mas de Jehová viene el juicio de cada uno.

27  Abominación es á los justos el hombre inicuo; Y abominación es al impío el de rectos caminos.

Proverbios 30:1-33 SRV
1  PALABRAS de Agur, hijo de Jachê: La profecía que dijo el varón á Ithiel, á Ithiel y á Ucal.
2  Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, Ni tengo entendimiento de hombre.
3  Yo ni aprendí sabiduría, Ni conozco la ciencia del Santo.
4  ¿Quién subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?
5  Toda palabra de Dios es limpia: Es escudo á los que en él esperan.
6  No añadas á sus palabras, porque no te reprenda, Y seas hallado mentiroso.

7  Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera.
8  Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí. No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan que he menester;
9  No sea que me harte, y te niegue, y diga, ¿Quién es Jehová? O no sea que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.

10  No acuses al siervo ante su señor, Porque no te maldiga, y peques.
11  Hay generación que maldice á su padre, Y á su madre no bendice.
12  Hay generación limpia en su opinión, Si bien no se ha limpiado su inmundicia.
13  Hay generación cuyos ojos son altivos, Y cuyos párpados son alzados.
14  Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para devorar á los pobres de la tierra, y de entre los hombres á los menesterosos.

15  La sanguijuela tiene dos hijas que se llaman, Trae, trae. Tres cosas hay que nunca se hartan; Aun la cuarta nunca dice, Basta:
16  El sepulcro, y la matriz estéril, La tierra no harta de aguas, Y el fuego que jamás dice, Basta.
17  El ojo que escarnece á su padre, Y menosprecia la enseñanza de la madre, Los cuervos lo saquen de la arroyada, Y tráguenlo los hijos del águila.

18  Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sé la cuarta:
19  El rastro del águila en el aire; El rastro de la culebra sobre la peña; El rastro de la nave en medio de la mar; Y el rastro del hombre en la moza.
20  Tal es el rastro de la mujer adúltera: Come, y limpia su boca, Y dice: No he hecho maldad.
21  Por tres cosas se alborota la tierra, Y la cuarta no puede sufrir:
22  Por el siervo cuando reinare; Y por el necio cuando se hartare de pan;
23  Por la aborrecida cuando se casare; Y por la sierva cuando heredare á su señora.

24  Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, Y las mismas son más sabias que los sabios:
25  Las hormigas, pueblo no fuerte, Y en el verano preparan su comida;
26  Los conejos, pueblo nada esforzado, Y ponen su casa en la piedra;
27  Las langostas, no tienen rey, Y salen todas acuadrilladas;
28  La araña, ase con las manos, Y está en palacios de rey.

29  Tres cosas hay de hermoso andar, Y la cuarta pasea muy bien:
30  El león, fuerte entre todos los animales, Que no torna atrás por nadie;
31  El lebrel ceñido de lomos; asimismo el macho cabrío; Y un rey contra el cual ninguno se levanta.
32  Si caiste, fué porque te enalteciste; Y si mal pensaste, Pon el dedo sobre la boca.
33  Ciertamente el que exprime la leche, sacará manteca; Y el que recio se suena las narices, sacará sangre: Y el que provoca la ira, causará contienda.