Noviembre 10 - Juan 14, 15

Juan 14:1-31 SRV
1  NO se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
2  En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, á preparar lugar para vosotros.
3  Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré á mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

4  Y sabéis á dónde yo voy; y sabéis el camino.
5  Dícele Tomás: Señor, no sabemos á dónde vas: ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
6  Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí.
7  Si me conocieseis, también á mi Padre conocierais: y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
8  Dícele Felipe: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
9  Jesús le dice: ¿Tanto tiempo ha que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
10  ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo de mí mismo: mas el Padre que está en mí, él hace las obras.
11  Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí: de otra manera, creedme por las mismas obras.

12  De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que éstas hará; porque yo voy al Padre.
13  Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
14  Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

15  Si me amáis, guardad mis mandamientos;
16  Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
17  Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros.

18  No os dejaré huérfanos: vendré á vosotros.
19  Aun un poquito, y el mundo no me verá más; empero vosotros me veréis; porque yo vivo, y vosotros también viviréis.
20  En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
21  El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquél es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré á él.
22  Dícele Judas, no el Iscariote: Señor, ¿qué hay porque te hayas de manifestar á nosotros, y no al mundo?
23  Respondió Jesús, y díjole: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos á él, y haremos con él morada.
24  El que no me ama, no guarda mis palabras: y la palabra que habéis oído, no es mía, sino del Padre que me envió.

25  Estas cosas os he hablado estando con vosotros.
26  Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho.
27  La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

28  Habéis oído cómo yo os he dicho: Voy, y vengo á vosotros. Si me amaseis, ciertamente os gozaríais, porque he dicho que voy al Padre: porque el Padre mayor es que yo.
29  Y ahora os lo he dicho antes que se haga; para que cuando se hiciere, creáis.
30  Ya no hablaré mucho con vosotros: porque viene el príncipe de este mundo; mas no tiene nada en mí.
31  Empero para que conozca el mundo que amo al Padre, y como el Padre me dió el mandamiento, así hago. Levantaos, vamos de aquí,

Juan 15:1-27 SRV
1  YO soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
2  Todo pámpano que en mí no lleva fruto, le quitará: y todo aquel que lleva fruto, le limpiará, para que lleve más fruto.
3  Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.
4  Estad en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no estuviere en la vid; así ni vosotros, si no estuviereis en mí.
5  Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer.
6  El que en mí no estuviere, será echado fuera como mal pámpano, y se secará; y los cogen, y los echan en el fuego, y arden.
7  Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho.
8  En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

9  Como el Padre me amó, también yo os he amado: estad en mi amor.
10  Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y estoy en su amor.
11  Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
12  Este es mi mandamiento: Que os améis los unos á los otros, como yo os he amado.
13  Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus amigos.
14  Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando.
15  Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: mas os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os he hecho notorias.
16  No me elegisteis vosotros á mí, mas yo os elegí á vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca: para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, él os lo dé.
17  Esto os mando: Que os améis los unos á los otros.

18  Si el mundo os aborrece, sabed que á mí me aborreció antes que á vosotros.
19  Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo.
20  Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su señor. Si á mí mé han perseguido, también á vosotros perseguirán: si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
21  Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.
22  Si no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado, mas ahora no tienen excusa de su pecado.
23  El que me aborrece, también á mi Padre aborrece.
24  Si no hubiese hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; mas ahora, y las han visto, y me aborrecen á mí y á mi Padre.
25  Mas para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Que sin causa me aborrecieron.

26  Empero cuando viniere el Consolador, el cual yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí.
27  Y vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio.