Octubre 28 - Lucas 16, 17

Lucas 16:1-31 SRV
1  Y DIJO también á sus discípulos: Había un hombre rico, el cual tenía un mayordomo, y éste fué acusado delante de él como disipador de sus bienes.
2  Y le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo.
3  Entonces el mayordomo dijo dentro de sí: ¿Qué haré? que mi señor me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, tengo vergüenza.
4  Yo sé lo que haré para que cuando fuere quitado de la mayordomía, me reciban en sus casas.
5  Y llamando á cada uno de los deudores de su señor, dijo al primero: ¿Cuánto debes á mi señor?
6  Y él dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu obligación, y siéntate presto, y escribe cincuenta.
7  Después dijo á otro: ¿Y tú, cuánto debes? Y él dijo: Cien coros de trigo. Y él le dijo: Toma tu obligación, y escribe ochenta.
8  Y alabó el señor al mayordomo malo por haber hecho discretamente; porque los hijos de este siglo son en su generación más sagaces que los hijos de luz.
9  Y yo os digo: Haceos amigos de las riquezas de maldad, para que cuando faltareis, os reciban en las moradas eternas.
10  El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel: y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
11  Pues si en las malas riquezas no fuísteis fieles. ¿quién os confiará lo verdadero?
12  Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?
13  Ningún siervo puede servir á dos señores; porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se allegará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir á Dios y á las riquezas.
14  Y oían también todas estas cosas los Fariseos, los cuales eran avaros, y se burlaban de él.
15  Y díjoles: Vosotros sois los que os justificáis á vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.
16  La ley y los profetas hasta Juan: desde entonces el reino de Dios es anunciado, y quienquiera se esfuerza á entrar en él.
17  Empero más fácil cosa es pasar el cielo y la tierra, que frustrarse un tilde de la ley.
18  Cualquiera que repudia á su mujer, y se casa con otra, adultera: y el que se casa con la repudiada del marido, adultera.

19  Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.
20  Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual estaba echado á la puerta de él, lleno de llagas,
21  Y deseando hartarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
22  Y aconteció que murió el mendigo, y fué llevado por los ángeles al seno de Abraham: y murió también el rico, y fué sepultado.
23  Y en el infierno alzó sus ojos, estando en los tormentos, y vió á Abraham de lejos, y á Lázaro en su seno.
24  Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía á Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama.
25  Y díjole Abraham: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; mas ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.
26  Y además de todo esto, una grande sima está constituída entre nosotros y vosotros, que los que quisieren pasar de aquí á vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
27  Y dijo: Ruégote pues, padre, que le envíes á la casa de mi padre;
28  Porque tengo cinco hermanos; para que les testifique, porque no vengan ellos también á este lugar de tormento.
29  Y Abraham le dice: A Moisés y á los profetas tienen: óiganlos.
30  El entonces dijo: No, padre Abraham: mas si alguno fuere á ellos de los muertos, se arrepentirán.
31  Mas Abraham le dijo: Si no oyen á Moisés y á los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos.

Lucas 17:1-37 SRV
1  Y A SUS discípulos dice: Imposible es que no vengan escándalos; mas ­ay de aquél por quien vienen!
2  Mejor le fuera, si le pusiesen al cuello una piedra de molino, y le lanzasen en el mar, que escandalizar á uno de estos pequeñitos.
3  Mirad por vosotros: si pecare contra ti tu hermano, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale.
4  Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día se volviere á ti, diciendo, pésame, perdónale.
5  Y dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.
6  Entonces el Señor dijo: Si tuvieseis fe como un grano de mostaza, diréis á este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecerá.
7  ¿Y quién de vosotros tiene un siervo que ara ó apacienta, que vuelto del campo le diga luego: Pasa, siéntate á la mesa?
8  ¿No le dice antes: Adereza qué cene, y arremángate, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come tú y bebe?
9  ¿Da gracias al siervo porque hizo lo que le había sido mandado? Pienso que no.
10  Así también vosotros, cuando hubiereis hecho todo lo que os es mandado, decid: Siervos inútiles somos, porque lo que debíamos hacer, hicimos.

11  Y aconteció que yendo él á Jerusalem, pasaba por medio de Samaria y de Galilea.
12  Y entrando en una aldea, viniéronle al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos,
13  Y alzaron la voz, diciendo: Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros.
14  Y como él los vió, les dijo: Id, mostraos á los sacerdotes. Y aconteció, que yendo ellos, fueron limpios.
15  Entonces uno de ellos, como se vió que estaba limpio, volvió, glorificando á Dios á gran voz;
16  Y derribóse sobre el rostro á sus pies, dándole gracias: y éste era Samaritano.
17  Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpios? ¿Y los nueve dónde están?
18  ¿No hubo quien volviese y diese gloria á Dios sino este extranjero?
19  Y díjole: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

20  Y preguntado por los Fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia;
21  Ni dirán: Helo aquí, ó helo allí: porque he aquí el reino de Dios entre vosotros está.
22  Y dijo á sus discípulos: Tiempo vendrá, cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis.
23  Y os dirán: Helo aquí, ó helo allí. No vayáis, ni sigáis.
24  Porque como el relámpago, relampagueando desde una parte de debajo del cielo, resplandece hasta la otra debajo del cielo, así también será el Hijo del hombre en su día.
25  Mas primero es necesario que padezca mucho, y sea reprobado de esta generación.
26  Y como fué en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre.
27  Comían, bebían, los hombres tomaban mujeres, y las mujeres maridos, hasta el día que entró Noé en el arca; y vino el diluvio, y destruyó á todos.
28  Asimismo también como fué en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;
29  Mas el día que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y destruyó á todos:
30  Como esto será el día en que el Hijo del hombre se manifestará.
31  En aquel día, el que estuviere en el terrado, y sus alhajas en casa, no descienda á tomarlas: y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás.
32  Acordaos de la mujer de Lot.
33  Cualquiera que procurare salvar su vida, la perderá; y cualquiera que la perdiere, la salvará.
34  Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.
35  Dos mujeres estarán moliendo juntas: la una será tomada, y la otra dejada.
36  Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.
37  Y respondiendo, le dicen: ¿Dónde, Señor? Y él les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allá se juntarán también las águilas.