Junio 22 - Salmos 49, 50, 51, 52, 53, 54

Salmos 49:1-20 SRV
1  Al Músico principal: Salmo para los hijos de Coré. OID esto, pueblos todos; Escuchad, habitadores todos del mundo:
2  Así los plebeyos como los nobles, El rico y el pobre juntamente.
3  Mi boca hablará sabiduría; Y el pensamiento de mi corazón inteligencia.
4  Acomodaré á ejemplos mi oído: Declararé con el arpa mi enigma.
5  ¿Por qué he de temer en los días de adversidad, Cuando la iniquidad de mis insidiadores me cercare?

6  Los que confían en sus haciendas, Y en la muchedumbre de sus riquezas se jactan,
7  Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, Ni dar á Dios su rescate.
8  (Porque la redención de su vida es de gran precio, Y no se hará jamás;)
9  Que viva adelante para siempre, Y nunca vea la sepultura.
10  Pues se ve que mueren los sabios, Así como el insensato y el necio perecen, Y dejan á otros sus riquezas.
11  En su interior tienen que sus casas serán eternas, Y sus habitaciones para generación y generación: Llamaron sus tierras de sus nombres.
12  Mas el hombre no permanecerá en honra: Es semejante á las bestias que perecen.
13  Este su camino es su locura: Con todo, corren sus descendientes por el dicho de ellos. (Selah.)
14  Como rebaños serán puestos en la sepultura; La muerte se cebará en ellos; Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana: Y se consumirá su bien parecer en el sepulcro de su morada.

15  Empero Dios redimirá mi vida del poder de la sepultura, Cuando me tomará. (Selah.)
16  No temas cuando se enriquece alguno, Cuando aumenta la gloria de su casa;
17  Porque en muriendo no llevará nada, Ni descenderá tras él su gloria.
18  Si bien mientras viviere, dirá dichosa á su alma: Y tú serás loado cuando bien te tratares.
19  Entrará á la generación de sus padres: No verán luz para siempre.
20  El hombre en honra que no entiende, Semejante es á las bestias que perecen.

Salmos 50:1-23 SRV
1  Salmo de Asaph. EL Dios de dioses, Jehová, ha hablado, Y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
2  De Sión, perfección de hermosura, Ha Dios resplandecido.
3  Vendrá nuestro Dios, y no callará: Fuego consumirá delante de él, Y en derredor suyo habrá tempestad grande.
4  Convocará á los cielos de arriba, Y á la tierra, para juzgar á su pueblo.
5  Juntadme mis santos; Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.
6  Y denunciarán los cielos su justicia; Porque Dios es el juez. (Selah.)

7  Oye, pueblo mío, y hablaré: Escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo.
8  No te reprenderé sobre tus sacrificios, Ni por tus holocaustos, que delante de mí están siempre.
9  No tomaré de tu casa becerros, Ni machos cabríos de tus apriscos.
10  Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados.
11  Conozco todas las aves de los montes, Y en mi poder están las fieras del campo.
12  Si yo tuviese hambre, no te lo diría á ti: Porque mío es el mundo y su plenitud.
13  ¿Tengo de comer yo carne de toros, O de beber sangre de machos cabríos?
14  Sacrifica á Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo.
15  E invócame en el día de la angustia: Te libraré, y tú me honrarás.

16  Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que enarrar mis leyes, Y que tomar mi pacto en tu boca,
17  Pues que tú aborreces el castigo, Y echas á tu espalda mis palabras?
18  Si veías al ladrón, tú corrías con él; Y con los adúlteros era tu parte.
19  Tu boca metías en mal, Y tu lengua componía engaño.
20  Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano: Contra el hijo de tu madre ponías infamia.
21  Estas cosas hiciste, y yo he callado: Pensabas que de cierto sería yo como tú: Yo te argüiré, y pondré las delante de tus ojos.
22  Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios; No sea que arrebate, sin que nadie libre.
23  El que sacrifica alabanza me honrará: Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salud de Dios.

Salmos 51:1-19 SRV
1  Al Músico principal: Salmo de David, cuando después que entró á Bath-sebah, vino á él Nathán el profeta. TEN piedad de mí, oh Dios, conforme á tu misericordia: Conforme á la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
2  Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
3  Porque yo reconozco mis rebeliones; Y mi pecado está siempre delante de mí.
4  A ti, á ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos: Porque seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.
5  He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
6  He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo: Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

7  Purifícame con hisopo, y será limpio: Lávame, y seré emblanquecido más que la nieve.
8  Hazme oir gozo y alegría; Y se recrearán los huesos que has abatido.
9  Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades.
10  Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
11  No me eches de delante de ti; Y no quites de mí tu santo espíritu.
12  Vuélveme el gozo de tu salud; Y el espíritu libre me sustente.
13  Enseñaré á los prevaricadores tus caminos; Y los pecadores se convertirán á ti.

14  Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salud: Cantará mi lengua tu justicia.
15  Señor, abre mis labios; Y publicará mi boca tu alabanza.
16  Porque no quieres tú sacrificio, que yo daría; No quieres holocausto.
17  Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado: Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
18  Haz bien con tu benevolencia á Sión: Edifica los muros de Jerusalem.
19  Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto ú ofrenda del todo quemada: Entonces ofrecerán sobre tu altar becerros.

Salmos 52:1-9 SRV
1  Al Músico principal: Masquil de David, cuando vino Doeg Idumeo y dió cuenta á Saúl, diciéndole: David ha venido á casa de Ahimelech. ¿POR qué te glorías de maldad, oh poderoso? La misericordia de Dios es continua.
2  Agravios maquina tu lengua: Como navaja amolada hace engaño.
3  Amaste el mal más que el bien; La mentira más que hablar justicia. (Selah.)
4  Has amado toda suerte de palabras perniciosas, Engañosa lengua.
5  Por tanto Dios te derribará para siempre: Te asolará y te arrancará de tu morada, Y te desarraigará de la tierra de los vivientes. (Selah.)

6  Y verán los justos, y temerán; Y reiránse de él, diciendo:
7  He aquí el hombre que no puso á Dios por su fortaleza, Sino que confió en la multitud de sus riquezas. Y se mantuvo en su maldad.
8  Mas yo estoy como oliva verde en la casa de Dios: En la misericordia de Dios confío perpetua y eternalmente.
9  Te alabaré para siempre por lo que has hecho: Y esperaré en tu nombre, porque es bueno, delante de tus santos.

Salmos 53:1-6 SRV
1  Al Músico principal: sobre Mahalath: Masquil de David. DIJO el necio en su corazón: No hay Dios. Corrompiéronse é hicieron abominable maldad: No hay quien haga bien.
2  Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, Por ver si hay algún entendido Que busque á Dios.
3  Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido: No hay quien haga bien, no hay ni aun uno.
4  ¿No tienen conocimiento todos esos que obran iniquidad? Que comen á mi pueblo como si comiesen pan: A Dios no han invocado.
5  Allí se sobresaltaron de pavor donde no había miedo: Porque Dios ha esparcido los huesos del que asentó campo contra ti: Los avergonzaste, porque Dios los desechó.
6  Oh quién diese de Sión saludes á Israel! En volviendo Dios la cautividad de su pueblo, Gozarse ha Jacob, y alegraráse Israel.

Salmos 54:1-7 SRV
1  Al Músico principal: en Neginoth: Masquil de David, cuando vinieron los Zipheos y dijeron á Saúl: ¿No está David escondido en nuestra tierrra? OH Dios, sálvame por tu nombre, Y con tu poder defiéndeme.
2  Oh Dios, oye mi oración; Escucha las razones de mi boca.
3  Porque extraños se han levantado contra mí, Y fuertes buscan mi alma: No han puesto á Dios delante de sí. (Selah.)

4  He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor es con los que sostienen mi vida.
5  El volverá el mal á mis enemigos: Córtalos por tu verdad.
6  Voluntariamente sacrificaré á ti; Alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.
7  Porque me ha librado de toda angustia, Y en mis enemigos vieron mis ojos mi deseo.