Junio 19 - Salmos 34, 35, 36

Salmos 34:1-22 SRV
1  Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelech, y él lo echó, y fuése. BENDECIRÉ á Jehová en todo tiempo; Su alabanza será siempre en mi boca.
2  En Jehová se gloriará mi alma: Oiránlo los mansos, y se alegrarán.
3  Engrandeced á Jehová conmigo, Y ensalcemos su nombre á una.
4  Busqué á Jehová, y él me oyó, Y libróme de todos mis temores.
5  A él miraron y fueron alumbrados: Y sus rostros no se avergonzaron.
6  Este pobre clamó, y oyóle Jehová, Y librólo de todas sus angustias.
7  El ángel de Jehová acampa en derredor de los que le temen, Y los defiende.
8  Gustad, y ved que es bueno Jehová: Dichoso el hombre que confiará en él.
9  Temed á Jehová, vosotros sus santos; Porque no hay falta para los que le temen.
10  Los leoncillos necesitaron, y tuvieron hambre; Pero los que buscan á Jehová, no tendrán falta de ningún bien.

11  Venid, hijos, oidme; El temor de Jehová os enseñaré.
12  ¿Quién es el hombre que desea vida, Que codicia días para ver bien?
13  Guarda tu lengua de mal, Y tus labios de hablar engaño.
14  Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela.
15  Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
16  La ira de Jehová contra los que mal hacen, Para cortar de la tierra la memoria de ellos.
17  Clamaron los justos, y Jehová oyó, Y librólos de todas sus angustias.
18  Cercano está Jehová á los quebrantados de corazón; Y salvará á los contritos de espíritu.
19  Muchos son los males del justo; Mas de todos ellos lo librará Jehová.
20  El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado.
21  Matará al malo la maldad; Y los que aborrecen al justo serán asolados.
22  Jehová redime el alma de sus siervos; Y no serán asolados cuantos en él confían.

Salmos 35:1-28 SRV
1  Salmo de David. DISPUTA, oh Jehová, con los que contra mí contienden; Pelea con los que me combaten.
2  Echa mano al escudo y al pavés, Y levántate en mi ayuda.
3  Y saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; Di á mi alma: Yo soy tu salud.
4  Avergüéncense y confúndanse los que buscan mi alma: Vuelvan atrás, y sean avergonzados los que mi mal intentan.
5  Sean como el tamo delante del viento; Y el ángel de Jehová los acose.
6  Sea su camino oscuridad y resbaladeros; Y el ángel de Jehová los persiga.
7  Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; Sin causa hicieron hoyo para mi alma.
8  Véngale el quebrantamiento que no sepa, Y su red que escondió lo prenda: Con quebrantamiento en ella caiga.
9  Y gócese mi alma en Jehová; Y alégrese en su salud.
10  Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, Que libras al afligido del más fuerte que él, Y al pobre y menesteroso del que le despoja?

11  Levantáronse testigos falsos; Demandáronme lo que no sabía;
12  Volviéronme mal por bien, Para abatir á mi alma.
13  Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de saco; Afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se revolvía en mi seno.
14  Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.
15  Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; Juntáronse contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía: Despedazábanme, y no cesaban;
16  Con los lisonjeros escarnecedores truhanes, Crujiendo sobre mí sus dientes.

17  Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Recobra mi alma de sus quebrantamientos, mi única de los leones.
18  Te confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso pueblo.
19  No se alegren de mí mis enemigos injustos: Ni los que me aborrecen sin causa hagan del ojo.
20  Porque no hablan paz; Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.
21  Y ensancharon sobre mí su boca; Dijeron: ­Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!
22  Tú lo has visto, oh Jehová; no calles: Señor, de mí no te alejes.
23  Muévete y despierta para mi juicio, Para mi causa, Dios mío y Señor mío.
24  Júzgame conforme á tu justicia, Jehová Dios mío; Y no se alegren de mí.
25  No digan en su corazón: ­Ea, alma nuestra! No digan: ­Hémoslo devorado!
26  Avergüencense, y sean confundidos á una los que de mi mal se alegran: Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.
27  Canten y alégrense los que están á favor de mi justa causa, Y digan siempre: Sea ensalzado Jehová, Que ama la paz de su siervo.
28  Y mi lengua hablará de tu justicia, Y de tu loor todo el día.

Salmos 36:1-12 SRV
1  Al Músico principal: Salmo de David, siervo del Señor. LA iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.
2  Lisonjéase, por tanto, en sus propios ojos, Hasta que su iniquidad sea hallada aborrecible.
3  Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; No quiso entender para bien hacer.
4  Iniquidad piensa sobre su cama; Está en camino no bueno, El mal no aborrece.

5  Jehová, hasta los cielos es tu misericordia; Tu verdad hasta las nubes.
6  Tu justicia como los montes de Dios, Tus juicios abismo grande: Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.
7  Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.
8  Embriagarse han de la grosura de tu casa; Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
9  Porque contigo está el manantial de la vida: En tu luz veremos la luz.
10  Extiende tu misericordia á los que te conocen, Y tu justicia á los rectos de corazón.
11  No venga contra mí pie de soberbia; Y mano de impíos no me mueva.
12  Allí cayeron los obradores de iniquidad; Fueron rempujados, y no pudieron levantarse.